Dar a luz: el mayor acto de amor en la mujer

mayo 29, 2016



Suele decirse que dar a luz es como una cita a ciegas donde por fin, la madre conoce al que será el amor de su vida. Pocos actos son a la vez tan dolorosos, sagrados y llenos de increíbles emociones como el propio parto, un momento vital que requiere también de un tratamiento especial. Si la concepción fue un acto de amor, dar a luz debería ser también igual de cálido y afectuoso.

Entre el 16 y el 22 de mayo se celebra la semana mundial del parto respetado. Un dato que debemos tener en cuenta y del cual nos advierte la propia OMS (Organización Mundial de la Salud) es que en las últimas décadas muchas mujeres se quejan de que el parto, en ocasiones, es demasiado protocolario, poco humanitario y en ocasiones hasta traumático.
No existe dolor más intenso que el de un parto, ni un amor tan profundo y puro como el de una madre hacia ese recién nacido que acaba de traer al mundo.
Nils Bergman es un pediatra y neonatólogo conocido especialmente por sus estudios en Neurociencia perinatal. Según él, uno de los instantes más importantes para construir un adecuado vínculo de apego entre la madre y el hijo será sin duda los “mil primeros minutos de vida”. Si la madre y el hijo sienten un excesivo estrés, todo ello podría afectar a la calidad de esa primera impronta emocional en el recién nacido.

Venir al mundo, debe ser pues un cuidadísimo acto de amor. Te invitamos a reflexionar sobre ello.


Dar a luz, entre el dolor, las emociones y los protocolos médicos

Dar a luz es un instante delicado tanto para la madre como para el hijo. Si tenemos en cuenta además, que en los últimos años los embarazos se llevan a cabo a edades un poco más tardías, todo ello hace que la atención médica y las medidas de precaución sean pocas para garantizar un parto sin complicaciones.

Ahora bien, dejando claro desde un principio que la atención de los profesionales en un centro médico es esencial, algo de lo que se quejan muchas mujeres y que la propia OMS ha venido advirtiendo desde hace unos años, son los aspectos que ahora te explicamos y que deberíamos tener en cuenta.

Los partos son cada vez menos respetuosos

Michel Odent, un conocido obstetra defensor del parto respetado, nos recuerda que “el parto es amor y lo ideal es propiciar que madre e hijo disfruten de este sentimiento desde el primer momento”. Ahora bien, lo que vemos en los últimos años es lo siguiente:
  • El número de cesáreas ha aumentando de una forma notable. Según datos oficiales, casi el 21% de nacimientos se llevan a cabo de este modo (recordemos que las cesáreas sustituyen al parto vaginal siempre y cuando exista riesgo de morbimortalidad materna o perinatal).
  • Muchas mujeres declaran haberse sentido muy incómodas durante el parto: estar expuestas ante demasiados profesionales en los tactos, la monitorización, el rasurado, los edemas, la inducción del parto a través de la oxitocina sintética o el ser colocadas obligatoriamente en posición de litotomía (el potro) para dar a luz, hace que sientan un elevado estrés ante esos protocolos poco afectuosos.




Queda claro también, que cada mamá habrá tenido su propia experiencia particular. Muchas lo habrán disfrutado, pero otras guardarán un recuerdo algo apagado o decepcionante donde no se propició, por ejemplo, algo tan esencial como el contacto piel con piel del recién nacido con la madre.


Los partos respetados o cómo favorecer el vínculo emocional entre la madre y el hijo

Dar a luz es un instante doloroso y mágico que a la vez, está orquestado por precisas hormonas y neurotransmisores que tienen un fin muy específico. Hemos de tener en cuenta que a nivel cerebral acontece un escenario neurobiológico que ayudará a la mamá a crear esa primera impronta con el bebé para construir el vínculo.
Dar a luz no significa solo traer al mundo a un hijo, también supone el nacimiento de una madre.


Si la mujer se siente estresada o asustada, todo ello puede afectar, por ejemplo, a la calidad de su leche. Si el bebé, por su parte, también padece este estrés y si se le separa de forma temprana de su madre para llevarlo al “nido”, también pueden propiciarse pequeños cambios metabólicos y cognitivos.


Nuestro ADN espera esa unión inmediata entre la madre y el hijo, y si no acontece, el bebé puede interpretar el mundo “al que ha ido a parar” como algo hostil o frío. Por ello, vale la pena tener en cuenta una serie de pautas con las cuales propiciar un parto respetuoso donde se pueda construir ese vínculo basado en el amor y en una bienvenida afectuosa.






Claves del parto basado en el amor

Hay muchos tipos de parto, y no vamos a entrar aquí en si es mejor un parto natural sin medicamentos, con doulas u optar por un hospital donde nos faciliten incluso “programar” el nacimiento del niño. Lo importante es, por encima de todo, no poner en riesgo en ningún momento a los dos protagonistas de este acontecimiento maravilloso: a la madre y el hijo.
Cada familia es libre de elegir de qué manera desea traer a su niño al mundo, pero vale la pena tener en cuenta estos sencillos aspectos:
  • La OMS defiende lo que se conoce como el “parto humanizado“, ahí donde la mujer tiende derecho, por ejemplo a elegir -siempre que no exista riesgo- la posición en la que desea dar a luz.
  • Se debe propiciar un trato cercano, afectuoso e íntimo para que la madre se sienta cómoda en todo momento.
  • No se debe cortar el cordón umbilical de forma inmediata. Se sabe que en él hay cientos de células madre, nutrientes, y múltiples sustancias beneficiosas para el futuro desarrollo del niño que le sirven de “vacuna”.
  • Tampoco se debe romper la placenta que acoge al bebé, puesto que este tejido sigue enviando sangre rica en oxígeno. Si se da la oportunidad, siempre es mejor permitir la rotura natural, puesto que de este modo se facilita de forma tranquila el inicio de la respiración pulmonar.
  • El recién nacido debe ser puesto de inmediato en contacto con su madre, piel con piel. Deben estar así durante horas, puesto que de este modo, combatimos el estrés, se facilita el inicio a la lactancia, se regula el ritmo cardíaco, la temperatura, la glucosa en sangre, se fortalece el sistema inmunitario del bebé…




Para concluir, dar a luz no es solo un “acto médico” marcado por un adecuado protocolo que evite cualquier riesgo, cualquier peligro. Es necesario propiciar partos respetuosos y afectivos en los que se favorezca el vínculo entre la mamá y el recién nacido desde el primer momento.


Por: Valeria Sabater



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