¿Qué quieren las mujeres en la cama?
julio 18, 2016Son muchas las mujeres que me consultan, quejándose de que sus vidas sexuales no son satisfactorias. Y me he dado cuenta de que con frecuencia este sentimiento de frustración se relaciona a que ellas mismas no se han preguntado qué quieren del encuentro íntimo. De hecho, a nosotras nos cuesta más que a los hombres admitir y comunicar lo que deseamos. Ya sea por vergüenza, razones culturales, prejuicios o miedo al rechazo, mantenemos “en secreto” (y sobre todo con nosotras mismas) lo que realmente queremos en la cama. Así que las invito a que hagamos el siguiente ejercicio. Les voy a pasar 10 cosas que yo he descubierto que nosotras deseamos de nuestro encuentro sexual. Les propongo que con absoluta honestidad descubran con cuáles más se identifican y que por supuesto, luego se lo comuniquen a sus parejas.
- Sentirnos sexys: toda mujer necesita sentirse atractiva y deseada; por más que tenga 20 años de matrimonio. Pero sentirnos sexys no siempre es tan fácil. En ocasiones, nosotras mismas nos despojamos de nuestra propia sensualidad. Eso ocurre, por ejemplo, cuando vamos a la cama como si se tratase de una tarea doméstica más, porque nos avergonzamos de nuestros cuerpos, o le tememos al ridículo si hacemos “algo sexy”.
Ser sexy no significa posar y lucir como una modelo de Playboy. Significa, sobre todo, sentirnos seguras de nuestras capacidades amatorias, de provocar al otro, de sentir y de hacer sentir!
Arreglarnos, ponernos una lencería bonita, usar velitas para generar una atmósfera erótica, siempre ayuda.
Pero también ellos tienen que hacernos sentirnos sexys!!! Y aquí les hablo directamente a ustedes, muchachones: díganle a su chica cuánto les gusta, las partes de sus cuerpos que les atraen, lo bella que se ve esta noche… Verán que el efecto será inmediato: ella se soltará, será más activa en la cama, y obviamente, los dos la pasarán mucho, pero mucho mejor! - Tiempo!: sí, necesitamos tiempo!!! Aunque en ocasiones ese sexo arrebatado y salvajemente desaforado sea absolutamente excitante; generalmente necesitamos dedicarle tiempo al juego previo!
Para nosotras es indispensable que haya un ambiente propicio, con caricias, palabras y besos; en cambio para ellos, en la mayoría de los casos, sólo basta con que piensen en sexo para lograr una erección. A nosotras, excitarnos, nos lleva unos 20 minutitos… Cuando el juego previo es apropiado se logra la lubricación vaginal y la erección del clítoris, que es un órgano vital en la sexualidad femenina. - Besos, cariños y mimos: uno de los reclamos más comunes de las mujeres es que ellos se contentan con la penetración y listo! La realidad es que las mujeres NECESITAMOS sentirnos consentidas y mimadas. Nos excita y sobre todo, nos hace sentir bien, que nos besen mientras hacemos el amor, que nos transmitan que este momento es más que un encuentro físico, que hay intimidad, que hay sentimientos involucrados.
Muchas mujeres no exteriorizan esta necesidad, porque no están seguras de que el sentimiento sea recíproco y temen ser rechazadas. De ser así, deben evaluar esa relación y sincerarla!!! - Que descubran nuestras zonas erógenas: todas tenemos un lugarcito en nuestro cuerpo que cuando es besado o acariciado, se nos ponen los pelitos de punta y nos da ese escalofrío tan riquísimo! Para algunas es el cuello, para otras está justo detrás de la nuca, y hay quienes pierden el sentido, con un leve soplidito en el oído.
Facilítenle a su pareja el descubrimiento de ese puntito mágico, para que ellos salgan de la mayoritaria confusión, que los lleva a tocar sin ton ni son nuestros pezones o dar ese manotazo en nuestras vaginas. ¿Cómo lo hacen? Llevando su manita hacia esa dirección, inclinando el cuello de manera tal que lo inviten a besarlo; o simplemente diciéndoselo directa y amorosamente. - Sexo oral: muchas mujeres estamos dispuestas a darlo, pero pocas nos animamos a pedirlo. Y se siente riquísimo, porque la lengüita húmeda sobre el clítoris es el preámbulo de un orgasmo casi seguro!
- Palabras de alto voltaje: “me matas de placer”; “eres una salvaje”; “soy adicto a ti”… Bueno, estas frases no son de super alto voltaje, pero ustedes me entienden… Los grados más altos los dejamos para la intimidad. Pero de verdad: ¿a qué mujer no nos gusta que nos digan estas cosas? Nos fascina, nos excita, nos hace sentir sexys, únicas… Una palabrita o frase dicha en el momento preciso, derrite hasta la más gélida!
¿Cómo hacemos para que nuestra pareja empiece a decirlas? Pues, una buena manera es comenzando nosotras. Vale la pena animarse… se los aseguro!!! - Sentirnos complacidas! Recuerdo una paciente que un día me dijo: “Siento que mi esposo me usa de retrete!”. Una queja lapidaria y muy triste… Ella sentía, como muchas otras mujeres, que su pareja la usaba para satisfacer una función fisiológica. Entraba, se movía un poco, eyaculaba y salía. Espantoso! No hay mujer que pueda sentirse bien en la cama de esta manera.
Para nosotras es vital que para él sea importante nuestro propio placer, que se esmere en complacernos, que nos explore. Y al respecto, quiero contarles que un estudio del famoso instituto Kinsey descubrió que los hombres más felices son aquéllos que le dan importancia a los orgasmos de sus parejas. Una razón más para que se atrevan a pedir, para que digan cómo les gusta y para darle a sus orgasmos el lugar que se merecen! - Mirarnos a los ojos! Ya sea que nos coman con la mirada o que nos miren tiernamente, la sensación es maravillosa!
Para las mujeres, que nos miren es importantísimo. No sólo porque nos sentimos más sensuales, sino porque necesitamos “saber” que él está ahí con nosotras… Cuando no se detienen a mirarnos, nos transmiten esa sensación de que están en otro lugar, con otra persona… Eso no significa que tienen que estar con los ojotes abiertos todo el tiempo, pero sí comunicarnos con la mirada que en este momento somos “nosotros dos”, absolutamente conectados el uno con el otro. - Hacer el amor!!! el sexo es rico, seguro! Pero hacer el amor es otra cosa… Y para nosotras, a no ser que estemos en una relación pasajera o de sexo salvaje, “HACER EL AMOR” con mayúsculas es vital. Significa sentirnos realmente amadas. Hacer el amor trasciende lo meramente físico, y el placer es pleno: corporal, emocional y espiritual. Muchos hombres que realmente aman a sus parejas no saben cómo hacerlo. Suele suceder que ellos están muy preocupados por su propia performance (si se mueven bien, si duran lo suficiente, si el miembro está bien erecto) y eso les hace olvidar que un beso profundo y cariñoso, una sonrisa tierna, una caricia amorosa, nos da mucho más placer que el sorprendente desempeño de un actor de una Triple X.
- Hacer el amor cuando todo termina! Sí, nada nos hace sentir peor y más vulnerables que un hombre que salta de la cama a bañarse, cuando terminamos de hacer el amor. Necesitamos que después nos acaricien y nos abracen. Sabemos que ellos después de la eyaculación entran en el período refractario y pueden llegar a quedarse dormidos. Pero ¿no les cuesta nada dormirse acurrucaditos, abrazados a nuestro cuerpo, verdad?
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