Las ocho edades del hombre, según Erik Erikson
abril 17, 2016Erik Erikson fue un psicoanalista estadounidense que elaboró una teoría sobre el desarrollo de la personalidad, de amplia aceptación y difusión. Aunque en un principio partió de los conceptos de Freud, se distanció de este al considerar que la influencia cultural tenía mucha mayor importancia de la que le había otorgado el padre del psicoanálisis.
Todos atravesamos por situaciones de crisis durante nuestra vida y acostumbramos a verlas como algo negativo. Sin embargo, para Erick Erikson las crisis son procesos necesarios que conducen a la evolución y el cambio. Son circunstancias que nos permiten trascender, crecer y tomar conciencia acerca de nosotros mismos. Erik Erikson señala que el tránsito por la vida se compone de ocho edades o ciclos y que cada uno de estos está marcado por un conflicto específico.
“Con veinte años todos
tienen el rostro que Dios les ha dado; con cuarenta el rostro que les ha dado
la vida y con sesenta el que se merecen.”
-Albert Schweitzer-
Las
edades del hombre desde la perspectiva de Erikson
Las ocho etapas en el desarrollo humano,
según Erik Erikson, son las siguientes:
1.
Confianza básica Vs. Desconfianza básica. De 0 a 1 año
El recién nacido establece una relación de
dependencia, especialmente con su madre. En ella encuentra la satisfacción
plena de sus necesidades. Dichos cuidados garantizarán paulatinamente, el aprendizaje y desarrollo
de su confianza,
si sus requerimientos básicos son coherentemente atendidos.
2.
Autonomía Vs. Vergüenza y duda. De 1
a 3 años
Durante esta etapa el niño adquiere autonomía
para desplazarse de un sitio a otro. Pegar o llorar constituye el lenguaje para
obtener lo que desea. Si el contexto del niño no responde completamente a las necesidades que
experimenta, aparecerá la duda sobre sí mismo y el temor a
tomar la iniciativa.La vergüenza en el infante se expresa como una necesidad de no ser visto, de ocultar su rostro, algo que tiene como consecuencia las rabietas y los llantos, o diferentes manifestaciones de desbordamiento emocional. El control exterior debe ser firme y tranquilizador para que aparezca la autonomía.
3.
Iniciativa Vs. Culpa. De los 3 a
6 años
Si hay algo que distingue a un niño en esta
etapa es su iniciativa. Especialmente durante el juego, descubre los roles más significativos
para él y los representa. El niño necesita identificar y proyectar su rol en el mundo.
La iniciativa a esta edad, consiste en la planificación de ese rol social que
actúa.La rivalidad y los celos también pueden aparecer en esta etapa. El niño quiere ser tratado como alguien especial y rechaza cualquier deferencia de la madre hacia otros. Si no recibe un trato relativamente privilegiado, desarrolla culpa y ansiedad.
4.
Industriosidad Vs. Inferioridad. De los 6 años hasta la adolescencia
Durante este lapso el niño tiene una vida
escolar. Independientemente
de que se sienta a gusto o insatisfecho, el niño empieza a obtener reconocimiento
por lo que
hace en ese nuevo entorno. Está en disposición de adquirir
nuevos conocimientos y habilidades o, dicho de otra manera, de volverse
productivo.Nuestra cultura ha adquirido altos niveles de especialización que la hacen compleja y limitan la iniciativa del individuo. El riesgo en esta etapa radica en que cuando no hay suficiente reconocimiento, aparece una sensación de inadecuación que puede conducir a un sentimiento de inferioridad.
5.
Identidad Vs. Confusión de rol. Durante la adolescencia
Este periodo se caracteriza por poner en duda todo aquello en lo que se
confiaba. Es decir, los
conocimientos, las habilidades y las experiencias adquiridas. Todo ello debido
a los cambios biológicos que sufre el cuerpo y la crisis de personalidad que
esto genera.A los adolescentes les preocupa la imagen que los demás tengan de ellos y libran batallas constantes entre lo que han sido hasta ahora y lo que serán en el futuro cercano. Presentan confusión en cuanto a su identidad, son idealistas y altamente influenciables. Si atraviesan adecuadamente esta etapa, lograrán construir una identidad sólida. De lo contrario, ensayarán sucesivamente a pretender ser lo que no son.
6.
Intimidad Vs. aislamiento
Es el momento en que el joven adulto está en
capacidad de establecer compromisos laborales, sentimentales,
políticos, profesionales, sacrificando algo a cambio. Si por temor, este joven
adulto no logra establecer este tipo de vínculos con el mundo, el peligro
subyacente será el aislamiento.Es la etapa de las decisiones y de los retos para adquirir estabilidad. También es el periodo en donde se afianzan las concepciones acerca del trabajo, la amistad, la familia, etc. Básicamente es en esta etapa cuando se da un paso definitivo hacia la adultez.
7.
Generatividad Vs. estancamiento
Erikson se refiere a la generatividad como el deseo
en la edad madura de fundar y guiar las nuevas
generaciones. Cuando esto no se produce, comienza un proceso de
estancamiento personal que está ligado a la sensación de no trascender, de no
tener ningún tipo de incidencia en lo porvenir.Solo cuando las personas se han enfrentado tanto a las derrotas como a los triunfos, han podido procrear o generar ideas y les han dedicado tiempo y cuidado, se puede decir que han madurado gradualmente. Que han alcanzado una experiencia de plenitud.
8.
Integridad del yo Vs. Desesperación
La última edad de la vida puede ser una etapa serena o llena de inquietud. Todo depende de cómo se hayan resuelto las edades
anteriores. Una persona de edad avanzada debería estar en capacidad de
formular una valoración sabia de su época, en la que primen el reconocimiento
de lo real y la comprensión del mundo.Hay integridad si en esta edad se pueden combinar la reflexión y la experiencia. En caso de que se traigan conflictos sin resolver o etapas que no se superaron, lo usual es que aparezca un profundo miedo a la enfermedad, al sufrimiento y a la muerte.
Por Edith Sánchez
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