Un recorrido por las zonas erógenas del cuerpo
masculino. Para que se entreguen al placer y lo disfruten plenamente.
¿Quieres sorprender a tu chico con unas caricias que nunca
olvidará? ¡Me encanta la idea! Además de la genitalia, existen tantas otras
áreas que brindan mucho placer y saber acariciarlas es todo un arte. La mayoría
de la gente alcanza su pico de excitación sexual a través de las caricias; ¡son
imprescindibles para lograr un orgasmo delicioso! ¿Pero qué partes del cuerpo
hay que acariciar? Las zonas erógenas,
es decir, aquellas partes del cuerpo que presentan mayor sensibilidad y cuyo
estímulo activa sexualmente a la persona que recibe la estimualción. Si bien
las distintas zonas pueden resultar más o menos erógenas para diferentes
personas, hay algunas áreas que, ya sea por su alto contenido nervioso o porque
nos hemos condicionado a asociarlas con placer, provocan abundante excitación.
De arriba hacia abajo, veamos cuáles son las zonas más erógenas del cuerpo del
hombre:
Cabello y cuero cabelludo. Acariciar el cabello y masajear el cuero
cabelludo puede ser una fuente de gran placer. Va a ayudar a que tu pareja se
relaje y libere tensiones, especialmente al principio de la relación sexual. La
relajación es esencial para que se pueda generar buena tensión en el cuerpo y
para que el ciclo de respuesta sexual funcione adecuadamente. ¡Hazle a tu chico
un masajito craneano y verás cómo empiezan a calentar motores! Mordisquearles las orejas o susurrarles a los oídos los encenderán de deseo.
Ojos, boca y lengua. Unos besitos suaves sobre los ojos
cerrados funcionan muy bien para estimular los nervios parasimpáticos de los
párpados produciendo una relajación que hace más sensible la relación. A su
vez, la sensibilidad de los labios aumenta con la excitación y se vuelven muy
sensibles al roce y al contacto con otros labios. Ten presente que los besos no
son sólo para comenzar la relación, sino que ayudan mucho durante los juegos
previos. Mientras tanto, la lengua es una excelente receptora de sensaciones
sexuales y es el órgano que mejor estimulación provee a cualquier parte del
cuerpo.
Oídos y orejas. El lóbulo de la oreja, la parte de atrás
de las orejas y el pabellón auricular aumentan en sensibilidad a medida que va
creciendo la excitación. Puedes lamer, soplar o mordisquear, pero siempre con
mucho cuidado porque es una zona que requiere de gran delicadeza. También
puedes probar qué sucede si le susurras palabritas hot al oído. ¡Seguro que le
encantará!
Nuca, cuello y hombros. Puedes estimular esas tres partes del
cuerpo manual u oralmente, besando y/o lamiendo. Ten cuidado con los besos muy
apasionados porque puedes dejarle pequeños moretoncitos ya que son áreas
repletas de vasos sanguíneos.
Pezones. Aunque algunos
hombres sean mezquinos con el tema porque las caricias en los pezones les producen
cosquilleo, es una parte del cuerpo en la que hay una infinidad de
terminaciones nerviosas que se excitan fácilmente al tacto, con una lamida o
simplemente al soplarla.
Dedos. A muchos hombres les encanta la estimulación oral de los
dedos. Además, la imagen visual que recreas al meterte sus deditos en tu boca
les resulta poderosamente erótica. Lo mismo sucede con los dedos de los pies.
Perineo y ano. La zona que se extiende entre los
genitales y el ano es el perineo, un área de gran sensibilidad y erotismo, y se
puede estimular oral o manualmente. La estimulación anal también puede ser
súper placentera para ellos, pero son muchos los que no se animan a probarla
porque la asocian con prácticas homosexuales. Se trata de uno de los tabúes más
grandes del sexo y que nos les permite disfrutar de unas caricias que podrían
potenciar muchísimo sus orgasmos.
Cara interna de los muslos. Dada la cercanía a los genitales, las
caricias en esa zona pueden ser sumamente eróticas. Ni te cuento si la recorres
con una plumita!!!
Genitalia. El pene, los testículos y el Punto P o punto prostático
integran la genitalia masculina. Puedes estimular el pene y los testículos
manual u oralmente, mientras que el Punto P se estimula con un dedito. Si bien
es clave para que el hombre logre un orgasmo explosivo, la mayoría de ellos se
niegan a semejante placer porque hay que atravesar el ano, aunque también se
puede estimular externamente cuando se acaricia el perineo. Es cierto que el
recorrido por el cuerpo de tu chico encuentra su punto más excitante cuando
llegas a esta zona, pero no tiene porqué ser el destino final. Puedes reiniciar
tu viaje una y otra vez, alternando las paradas.
Si quieres ganarte unos puntitos extra, regálale a tu chico unos
masajitos eróticos por las zonas erógenas Refuerzan la confianza y la intimidad
emocional en la pareja, prolongan el orgasmo y rompen con la monotonía. A
diferencia del masaje terapéutico, aquí ambos deben estar desnudos y puedes
acariciarlo también con tu pelo y tus senos o con una tela sedosa para generar
diferentes sensaciones. Puedes comenzar con un masaje exploratorio e ir
aumentando su intensidad. Recuerda dejar la genitalia para el final!!!
Por: Alessandra Rampolla